La próxima semana cumple su primera década Facebook, la mega red social fundada por Mark Zuckerberg, que ha impulsado todo el fenómeno de Social Media y la revolución que este ha generado en el ámbito social, cultural, económico y de las marcas y la comunicación. Es innegable que las redes sociales lo han transformado todo -con muchos beneficios- pero tal vez para Facebook no vengan muchos más cumpleaños después de su primera década.
Es cierto que cuando Facebook llegó a nuestras vidas, nos fue infectando a todos poco a poco. Primero crearon su perfil algunos de nuestros amigos cercanos, y poco a poco todos nos fuimos contagiando, hasta volvernos usuarios asiduos, algunos ‘lurkers’, otros ‘trolls’, y otros adictos hiper-conectados e hiper-participativos (Todos tenemos ese amigo que en menos de 5 minutos después de publicar algún contenido o un status update ya ha puesto ‘like’ en todas las fotos y comentado más de alguna con ‘LOL’ y ‘jajaja’ o emoticons del tipo 🙂 o 😉 y quien obviamente también siente la necesidad de publicar cada minuto de su día, para que sepamos dónde está, con quién, y lo podamos ver en sus mil y una ‘selfies’). Pero, como las enfermedades contagiosas, tarde o temprano éstas se van disipando y acabamos por curarnos.
Un estudio de la Universidad de Princeton señala que entre 2015 y 2017 Facebook perderá el 80% de sus base de usuarios -ya en 2013 se reportó que tenía 25% menos de usuarios adolescentes que en 2011-. Los autores del estudio, John Cannarella y Joshua Spechler, argumentan que el rápido proceso de adopción de las redes sociales como Facebook (o Twitter, o MySpace en su momento) puede ser explicado con las mismas dinámicas que se evidencian en la propagación de enfermedades contagiosas.
Usando los mismos modelos epidemiológicos que se emplean para estudiar la rápida difusión de enfermedades, los investigadores concluyeron que la red social ya ha alcanzado su punto máximo de popularidad y que está entrando en una fase de declive rápido. El estudio encuentra en estos modelos una analogía entre la adopción de social media y la infección viral, y entre el abandono de la red social y la recuperación o inmunidad.
Cannarella y Spechler se basaron en otros trabajos que analizan la propagación de las ideas:
Se ha visto que las ideas, como las enfermedades, se propagan infecciosamente entre las personas antes de desaparecer eventualmente. Esto ha sido descrito con éxito utilizando modelos epidemiológicos. Esto sigue de manera intuitiva, ya que las ideas se propagan a través del contacto comunicativo entre diferentes personas que comparten ideas entre ellos. Los manifestadores de ideas finalmente pierden interés en la idea y dejan de manifestarla. Esto puede entenderse como ganar inmunidad a la idea.
El estudio es muy interesante. Más allá de su validez científica, para nosotros introduce una lógica que tiene mucho sentido, y nos da señales de dinámicas y tendencias que hay que tener muy presentes.
Aparece una idea nueva (léase red social o plataforma de social media), nos la comparten, nos contagiamos, y eventualmente perdemos interés en esa idea, nos curamos o nos volvemos inmunes y ésta termina por desaparecer. Al mismo tiempo, seguimos siendo susceptibles a la aparición de nuevas ideas (por ejemplo Instagram, Vine, Snapchat, etc..) y el mecanismo de infección/inmunidad vuelve a empezar. Aplica para todas las geniales y maravillosas ‘ideas’ que han ido proliferando.
Pensando un poco más en lo que nos pasa cuando estamos en esta fase de ‘inmunización’, esta semana me encontré en Time un aplicativo muy curioso que calcula “cuánto tiempo de tu vida has perdido en Facebook”. Además de hacer el cálculo (me siento algo aliviada de solo haber perdido 8 días de mi vida en la red social hasta ahora), ésto para mí es un claro indicador de que Facebook ya está comenzando su declive y de que nos estamos empezando a ‘curar’. El tiempo valioso, la posibilidad de conectarte con amigos y familia en todo el mundo, reencontrarte con personas, ver y compartir momentos importantes, fotos y videos, que son un pedacito de nosotros mismos, deja de ser valioso. Lo que antes era un valor, se convierte en tiempo perdido.
Cuando los usuarios empiezan a cuestionar la utilidad de la red social en sus vidas, cuando empieza a ser molesto o aburrido, cuando ya pasan días y días sin usarlo para nada, deja de ser un esencial en tu vida, en tu día a día. Y esto, en términos de Marca, significa que la ventaja competitiva de Facebook se ha perdido en el tiempo y que no está aportando valor de manera continuada a los usuarios, evolucionando con ellos al tiempo que éstos van cambiando y madurando en el uso de la red. A Facebook y sus inversionistas seguro que les quedan muchos interrogantes por resolver y un camino cuesta arriba por recorrer.
Por ejemplo, las que podemos ver en este video:
Los invito a comentar y a compartir sus opiniones. Cada cual en la red social que lo tenga más contagiado en este momento 😉