Azul con negro / Blanco con amarillo… una discusión sin fin que encendió las redes sociales el viernes. Sin duda, uno de los grandes temas virales del momento, y uno de nuestros favoritos: espontáneo y natural.
Creo que nadie se ha quedado sin ver las diferentes fotos, memes y chistes gráficos que han surgido, y que circularon durante más de dos días por todas las redes sociales y diferentes medios como Whatsapp.
Las marcas, con un elogiable sentido del humor, no se quedaron atrás y aprovecharon la oportunidad y se subieron a este tren viral.
En Brandchannel encontrarán una recopilación muy divertida de 116 ejemplos -todos de Twitter- de los fabulosos mensajes que crearon las grandes marcas aprovechando la locura de #TheDress.
En Twitter también pueden ver la evolución de esta infección viral. Así como una cronología de #TheDress publicada por ElPaís.
Y aunque llegamos tarde a este trending topic (porque hoy, a la velocidad de nuestros tiempos, 2 días ya es demasiado tarde), no podíamos dejar pasar la oportunidad de un vestido que lleva algunos de nuestros colores -al menos depende del ojo y de la iluminación de quien lo mire.
La locura desatada por el vestido nos recuerda de manera contundente lo importantes que son las percepciones.
Está comprobado que el vestido es azul con negro. Pero muchos lo vemos blanco con amarillo (yo incluída, con mis córneas extrañas o algo por el estilo, sumadas a mi miopía). Y por más que nos insistan que es azul, nuestros ojos lo ven blanco. Se crearon dos bandos: #teamblue y #teamwhite, cada uno con posiciones irreconciliables, pues era una cuestión ligada a la percepción -en este caso sensorial, a través de la vista- de cada uno.
El vestido, #TheDress, que ahora es famoso, incluso más que el vestido de perlas que le robaron a Lupita Nyong’o tras la gala de los Oscar, finalmente, es del color que cada uno lo vea, digan lo que digan los demás.
Y esto es algo que siempre me gusta recordar y explicar cuando hablo de la Reputación y de lo importantes que son las percepciones cuando comunicamos y construimos marcas. La Reputación de una persona, marca u organización, depende de la percepción que tienen de ella sus stakeholders -clientes, empleados, líderes de opinión, proveedores, etc-. Es una realidad socialmente construida, y por tanto, pesan más el comportamiento y las acciones, percibidas por sus públicos, que lo que la marca diga de sí misma.
Así que, por mucho que el vestido me diga que es Azul y negro, #yoloveoblancoyamarillo.
Una lección espontánea y viral, que vale la pena recordar.
Fuente de la imagen destacada: artículo realizado por el artista de color Nathan Fairbairn.