A sus escasos 6 años, el rebranding tocó la puerta de Instagram para dar a sus más de 400 millones de usuarios una cara más moderna y simple, que deja atrás el ícono retro -querido por muchos- y adopta el diseño plano, hoy estandar en la industria.
Una imagen vale más que mil palabras, y eso lo sabe muy bien Instagram. Por eso decidieron simplificar hasta niveles mínimos su ícono app -el principal elemento de identidad visual- pero también la interfaz de su app, que ya era un gran ejemplo del lema ‘menos es más’. Por eso adoptaron integralmente el diseño plano (flat design) en su identidad y la de su familia de apps y dejaron una interfaz más limpia aún, en la que predominan los colores gris y blanco. A pesar del rebranding en sus apps e íconos, el logotipo se mantiene intacto con la tipo manuscrita que ha identificado a Instagram desde su nacimiento y que sólo modificaron parcialmente en 2013 para mejorar su legibilidad. Esto tal vez calme a quienes son más aversos al cambio.
Con este rebranding lograrán su objetivo: que nada interrumpa la interacción de sus usuarios y que sea lo más fácil posible compartir esa foto que lo dice todo. Un rebranding utilitario que le permite a Instagram mantener el foco en el contenido generado por sus usuarios, que es la espina dorsal de su promesa de valor, y que es la clave de su crecimiento sostenido. Si 400 millones de usuarios ya están publicando alrededor de 80 millones de fotos por día y generando 3500 millones de likes, tiene sentido que la marca y la interfaz estén profundamente alineadas con esa función y permitan crear ese sentido de ‘comunidad’, con todos sus matices.
Este video muestra el proceso creativo detrás del rebranding de Instagram:
En resumen, decimos adiós al ícono retro (y seguro que lo extrañaremos porque era muy simpático) y damos la bienvenida a un ícono simplificado, con un gradiente digno de un hermoso atardecer, y una interfaz más minimalista y simple aún, que lleva el sello del diseño plano que todos van adoptando poco a poco.
Un rebranding que nos gusta, porque valientemente defiende que ‘menos es más’ y porque no olvida por un instante cuál es la función de Instagram y la esencia de la marca y pone el foco en lo que es más relevante para s comunidad. En un mundo lleno de ruido y distracciones, tal simplicidad y coherencia se agradecen.